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“La oportunidad está ahí, el momento es ahora”

Las palabras de Juan Verde, codirector internacional de la campaña de reelección de Barack Obama, han sonado con fuerza en el auditorio de la VI Conferencia Internacional de ABC sobre Europa y América, que se ha celebrado durante los días 23 y 24 de abril en Madrid. Junto a él, expertos y dirigentes políticos y económicos han analizado el papel que juega el sistema financiero en la recuperación económica y el afianzamiento de los lazos a ambos lados del Atlántico.

Palmira Chavero

 

Con el objetivo de dar respuesta a los nuevos retos que plantean los tiempos actuales, tan cambiantes como inciertos, se ha celebrado en Madrid la VI Conferencia Internacional de ABC sobre Europa y América, cuyo eje fundamental este año ha sido el papel del sector financiero en la recuperación económica. Las palabras de Francisco González, presidente del BBVA, inauguraron un foro que durante dos días se convirtió en un instrumento al servicio del desarrollo financiero y social. En su intervención, González defendió las medidas puestas en marcha por el Gobierno español, a pesar de tratarse de recortes “impopulares” y de los “costes sociales” que acarrean, convencido de su necesidad para “recuperar la credibilidad perdida”, al tiempo que abogaba por un plan sólido y un modelo económico basado en “la innovación, el emprendimiento y la educación”. Para ello –defendió– es necesario que la Unión Europea se solidarice y apoye a los estados que están tomando medidas como el español, pues “tenemos una oportunidad única para lograr una Europa más competitiva, próspera y cohesionada”. Y eso, según González, “exige sacrificios a corto plazo”.

Benita Ferrero-Waldner, Presidenta de la Fundación Euroamérica, puso sobre la mesa las diferencias existentes entre los marcos europeo e iberoamericano como punto de partida para lograr sinergias competitivas entre los dos continentes, socios estratégicos para la nueva economía. “Estamos en un mundo en el que se ha producido un cambio de paradigma: los países emergentes son los que están impulsando la economía y muchos pasarán a ser países desarrollados. Es hora de poner en marcha acuerdos que logren una Unión Europea monetaria y fiscal”, sostuvo.

Joaquín Almunia, Francisco González, Benita Ferrero-Waldner y Catalina Luca de Tena

De la importancia del sector financiero para la economía de un país dio buena cuenta Carlos Solchaga, exministro de Industria y Energía, de Economía y Hacienda y Presidente de Honor de la Fundación Euroamérica. Para ilustrarlo, acudió a la experiencia estadounidense: “La primera medida que tomó Roosevelt fue dar una semana de vacaciones bancarias; así evitó el pánico y consiguió ofrecer garantías para el funcionamiento de la banca”. Una anécdota con la que, además de mimar al sistema financiero, daba paso a la intervención de Joaquín Almunia, Vicepresidente y Comisario para la Competencia de la Comisión Europea y al que definió como “el mejor Ministro de Trabajo que ha tenido España”. Para Almunia, si la relación entre España e Iberoamérica ha sido importante desde que España ingresase en la Unión Europea , mucho más lo es ahora que Iberoamérica ha emprendido la senda del crecimiento económico, lazo éste que le sirvió para condenar la actitud de Argentina con la petrolera multinacional REPSOL YPF. Si el crecimiento económico de Latinoamérica es uno de sus activos principales, el socio europeo es ahora el que precisa atención, máxime ante la ineficacia de las medidas adoptadas: “Hemos demostrado nuestra capacidad de tomar decisiones en los últimos dos años pero existe la sensación de que no son suficientes”, advirtió. A pesar de la iniciativa europea, Almunia reconoció que “las políticas utilizadas para corregir el desequilibrio van a tener consecuencias negativas sobre el potencial de crecimiento, ya de inicio limitado”. En contrapartida, el Comisario destacó la fortaleza del euro, la inflación controlada y el modelo social europeo como elementos de referencia. De momento, la Unión Europea ha dedicado un 4% del PIB a recapitalizar entidades financieras con dinero público y un 10% del PIB europeo se ha utilizado como garantías y avales del Estado para facilitar el acceso de las entidades financieras al mercado. La actuación europea sobre el sector financiero sigue su curso y “no se descarta que haya que utilizar dinero público” si existen fondos. La condición, al menos sobre el papel, es que esa ayuda se canalice de la manera adecuada y revierta en la sociedad.

 

La necesidad de cumplir los tratados

Hasta la fecha, más del 40% del comercio de mercancías mundial se realiza entre América y Europa, una cuantía que refleja la oportunidad económica, comercial, laboral y social que se plantea para los dos continentes. Sin embargo, la llegada de una crisis cuya salida sigue quedando lejos del horizonte para economías como la española sugiere un cambio en el tipo de relación predominante hasta ahora y pone sobre la mesa cuestiones clave para la economía internacional: ¿Han de ir siempre de la mano Europa y Latinoamérica? ¿A qué precio? Rodrigo Chaves, Director Regional para América Latina y el Caribe en el Banco Mundial, no tiene dudas: “América Latina es, aun con desafíos importantes, un gran mercado con oportunidades, y de la Unión Europea le llega el 45% de la inversión extranjera directa. Por tanto, América Latina y la Unión Europea se van a beneficiar de la unión en la era de la globalización”. Por su parte, Alejandro Jara, Director general adjunto de la Organización Mundial de Comercio, vino a poner la nota de autocrítica: “Sólo el 50% de los tratados comerciales firmados por MERCOSUR se cumplen y, si no cumplimos con nosotros mismos, ¿cómo vamos a presentar América Latina al resto del mundo?”. Asimismo, lamentó la falta de liderazgo político tanto europeo como iberoamericano y la ausencia de una visión compartida en materia comercial. La solución, a su juicio, pasa por “fortalecer el sistema y seguir abriendo las economías para responder a las necesidades del sistema económico actual.

Otra señal de alarma la encendió Juan Verde, codirector internacional de la campaña de reelección de Barack Obama, tras hacer balance de los logros obtenidos gracias a la relación comercial entre EEUU y Europa y advertir del estancamiento actual: “Los resultados del pasado no son garantía de éxito para el futuro”. La Europa de los 15 representaba el 20,43% de las exportaciones estadounidenses; ahora, con 27 países miembros, esa cifra está en 20,68%. En otras palabras, “si esto no cambia, será el principio del fin”. Los problemas, para Verde, están identificados: procesos burocráticos y normativa excesivos, duplicidad, lentitud, ineficacia, aumento de los costes, pérdida de emprendimiento y, en consecuencia, merma de competitividad. En la otra cara de la moneda, también ofreció soluciones: “Definir prioridades (no más de 3 ó 5 temas en la agenda), centrarnos en los aspectos que podemos solventar a corto plazo y buscar el consenso y la colaboración”. Haciendo gala de su perfil de asesor político, Juan Verde se dirigió directamente a los empresarios y altos cargos de la sala: “Se ha acabado el diálogo, tenemos que ponernos a trabajar. La oportunidad está ahí y el momento es ahora”, sentenció.

José Manuel Soria, Antonio Tajani y Benita Ferrero-Waldner

Para José Manuel Soria, Ministro de Industria, Energía y Turismo, la relación entre Europa y América Latina tiene que fortalecerse en base al “respeto mutuo entre ambas, la apertura creciente entre las dos orillas, un trato de igualdad para todos los operadores económicos y un marco jurídico de referencia predecible, seguro y estable”. Para lograrlo, “el camino no es la expropiación ni la nacionalización”, advirtió en una clara alusión a las recientes medidas adoptadas por el gobierno argentino de Kirchner con respecto a REPSOL YPF, protagonista involuntario en casi todas las charlas. La postura española fue respaldada por Antonio Tajani, Vicepresidente y Comisario de Industria y Emprendimiento de la Comisión Europea , quien destacó además la necesidad de reforzar los lazos de cooperación en materia de pymes con relaciones más fortalecidas e intensas a largo plazo. “Es necesario un método más coordinado sobre nuestras perspectivas”, advirtió, en especial en lo referido a competitividad, modelo de crecimiento, innovación y, sobre todo, una normalización destinada a lograr un “mercado abierto y transparente”.

 

La banca, en el ojo del huracán

Si en algo existe consenso en la actualidad es que, más allá de la crisis económica y financiera, el momento que vivimos está marcado por una crisis global, en la que la desconfianza de la ciudadanía en los poderes políticos y económicos alcanza cotas inéditas. En este sentido, el periodista de ABC José Antonio Navas llamó a la reflexión en busca de razones objetivas que expliquen esta falta de empatía y lanzó una primera propuesta: “El sistema financiero tiene que recuperar las raíces sociales y los principios éticos si quiere contribuir a salir de las crisis”. En respuesta, Yan Brenner, Asociado senior de Operaciones en Europa del Banco Interamericano de Desarrollo, Michael Penfold, Director de competitividad y Políticas Públicas del Banco de Desarrollo de América Latina, y Manuel Méndez del Río, Presidente de la Fundación Microfinanzas BBVA, mostraron la cara amable de la banca, ofreciendo ejemplos de cómo una correcta, social y ética distribución de los recursos financieros puede contribuir a la erradicación de la pobreza y al desarrollo de regiones deprimidas. Por su parte, Federico Poli, Director de División de Asuntos Económicos de la SEGIB, llamó a la responsabilidad de quienes ostentan el poder, económico y político: “Unos excesivos beneficios y unos salarios muy por encima del resto de sectores son indicadores claros de la sobreexpansión del sistema financiero. Ambos se vieron claramente a partir de 2000 y debió haber sido un toque de atención”. Esos años, por ejemplo, el salario en el sector financiero era un 30% superior al del resto de sectores, algo que sólo había sucedido en la Gran Depresión de los años 30, pero nadie actuó. La consecuencia, más allá de los términos macroeconómicos, se hace notar en la economía real: endeudamiento, aumento exponencial del precio de la vivienda, crecimiento del desempleo… la senda de la destrucción. En la misma línea resultó la intervención de Jorge Ottavianelli, Presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas, al lamentar que se acuda a la figura de los supervisores cuando el problema ya ha estallado: “Está muy mal armar una fiesta, romper los vasos y que lo paguen los que vienen detrás”, ironizó en un intento de humanizar la estructura financiera: “La economía necesita bancos que hagan su trabajo, pero la banca sigue siendo un negocio de personas y, por tanto, de confianza. Así como se necesitan bancos, se necesitan supervisores para regular, lo que supone definir las reglas del juego, pero también controlar”. En su criterio, el capital es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo económico, pues existen otros dos elementos básicos en todo banco: el buen gobierno y la adecuada gestión de riesgos.

Público asistente a la Conferencia

El Secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, hizo una defensa en firme de las políticas adoptadas por el gobierno conservador, que presentó como impopulares pero “absolutamente imprescindibles”. A su juicio, “son necesarias reformas estructurales para recuperar la credibilidad y el crecimiento económico”. Eludió responsabilidades remitiendo a la herencia recibida y apuntó a la segunda mitad de 2013 como fecha para la recuperación económica. En pro de lograr una unidad de comercio con América Latina, García-Legaz anunció una Ley de Unidad de Mercado Nacional para antes del verano, con la que se pretende dar respuesta a “los problemas del estado autonómico” y facilitar así el camino hacia la unidad con Latinoamérica; también avanzó la incorporación de grandes empresas al ICEX, hasta ahora un organismo netamente público, para fomentar la exportación de las pequeñas y medianas empresas españolas en Latinoamérica.

 

Mejorar e incrementar la coordinación

Para lograr una mejor coordinación entre las economías europea, latinoamericana y estadounidense, Jan Brockmeijer, Subdirector del departamento de mercados de capitales del Fondo Monetario Internacional, abogó por potenciar el papel de las instituciones locales, que mantienen una posición privilegiada para adaptar las medidas a la idiosincrasia de cada país. A fin de lograr una adecuada redistribución de los recursos, Jorge Sicilia, economista jefe del grupo BBVA y Director de BBVA Research advirtió de los efectos negativos que están teniendo algunas políticas fiscales, que pueden incrementar el empobrecimiento de determinadas regiones. La fuente del riesgo parece estar identificada: “La falta de coordinación global y la toma de medidas de manera cada vez más unilateral, sobre todo desde el G- 20”. La solución, para Sicilia, también está reconocida: “Analizar el impacto que puede tener la regulación en cada país de manera que se pueda realizar un diagnóstico correcto y aumentar la coordinación internacional. El modelo de negocio importa”. También demandó mayor unión Paul A. Wachtel, profesor de Política Monetaria y Bancaria de New York University, si bien insistió en la fiscalidad: “Es necesaria una unión fiscal europea fuerte; hay que proteger a los sistemas monetario y financiero”, defendió. De ello depende gran parte del futuro europeo, pero también la cooperación económica y política entre Europa y Estados Unidos, advirtió.

El Consejero del Banco Central Europeo, José Manuel González Páramo, fue el encargado de clausurar las jornadas, transmitiendo un diagnóstico claro: “El único futuro ante los problemas económicos es más Europa”. En la práctica, esto supone –explicó– profundizar en la gobernanza fiscal común, a fin de evitar que los mercados financieros estén por encima de los propios gobiernos, y el reconocimiento de iure de una gobernanza política europea que ya existe de facto .

Al otro lado del charco, la economía iberoamericana espera – saneada y creciente, a pesar de los retos que también ha de enfrentar– que el partner europeo salga a flote. A este lado, los expertos reunidos en la VI Conferencia Internacional de ABC sobre Europa y América coinciden en el mensaje: la salida de la crisis pasa por el saneamiento del sistema financiero y, a partir de ahí, restablecer la confianza y la credibilidad hasta alcanzar la recuperación y el fortalecimiento de la economía europea, aunque ello suponga ajustes “profundos” y “radicales” cuyo coste social todos reconocen. En cinco años, la reforma ya iniciada del sistema financiero español hará que el sistema bancario aumente su capital en 50.000 millones de euros, según las estimaciones ofrecidas por Javier Aríztegui, Subgobernador del Banco de España. Más allá de los retos que plantea el propio contexto económico, América Latina y, sobre todo, Europa, tienen frente a sí un desafío mayor: cumplir los objetivo sin olvidar que detrás de cada una de las cifras económicas existe y ha de vivir no sólo una gran compañía, también una pequeña o una microempresa, una persona, una familia, la sociedad.