Fundación Euroamerica

La Fundación Euroamérica es una organización para fomentar las relaciones entre Europa y América

I WEBINAR. HABLEMOS DE AMÉRICA LATINA

  • Palabras de bienvenida
    ANTONIO PÉREZ-HERNÁNDEZ
    Director General de la Casa de América
    Coloquio
    ARANCHA GONZÁLEZ LAYA
    Ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
    SUSANA MALCORRA
    Decana de IE School of Global and Public Affairs
    RAMÓN JÁUREGUI
    Presidente de la Fundación Euroamérica
    Moderación
    GERMÁN RÍOS
    Profesor de Economía de IE University. Coordinador del Observatorio de Política y Economía de América Latina 
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    Hablemos de América Latina. La política exterior española en tiempos del COVID-19

    Comienza el acto con unas palabras del director de la Casa de América, Antonio Pérez Hernández: Bienvenidos a todos a este debate en directo organizado por la Casa América y la Fundación Euroamérica. Ante todo, Ramón Jáuregui y yo queremos agradecer muy sinceramente a la Ministra González Laya y a la  Canciller Susana Malcorra, que hayan aceptado participar en este debate moderado por Germán Ríos y un saludo muy especial a nuestra audiencia que, por cierto, procede en su mayoría de países de América Latina.

    Además de la programación habitual de la Casa América, como ocurre también con la Fundación Euroamérica, estamos prestando especialmente atención estos tiempos al impacto de la pandemia en America Latina; así estamos llevando a cabo toda una serie de debates sobre las previsiones y recomendaciones de organismos multilaterales y regionales sobre la pandemia; lo hemos tenido con CAF y con CEPAL y lo tendremos en breve con la OCDE y el BID. Por otra parte también estamos dedicando especial atención a nuestras relaciones con América Latina y a ello responde este primer debate sobre la política exterior española en América Latina. Igualmente prestamos atención a nuestras relaciones económicas, por lo que en breve iniciaremos un ciclo denominado“Nuevo escenario, riesgos y oportunidades para las empresas españolas en América Latina” con la participación de los Secretarios de Estado de España Global, Comercio y el Presidente la Fundación Iberoamericana  Empresarial, debate que al que seguirán una serie de sesiones específicas sobre los sectores más relevantes de nuestra presencia empresarial en América Latina.

    Todos los análisis coinciden en la gravedad y profundidad de la crisis que, además, se produce en un contexto de inestabilidad política, estancamiento económico y agitación social; un panorama que apunta a una contracción del PIB superior al 5%, una reducción del comercio en un 15%, un aumento del desempleo en 12 millones de personas y de la pobreza en 30 millones. Sin duda, un panorama muy negativo.

    España, como país nodal, expresión grata a nuestra Ministra, puede, sin duda, movilizar y contribuir a facilitar una respuesta internacional europea, iberoamericana y regional para enfrentarnos a la pandemia y ayudar a la recuperación económica de la región.

    A este respecto se plantean cuestiones de gran importancia: cómo avanzar en coaliciones y propuestas en el marco internacional para responder y ayudar a América Latina; cómo promover una acción contundente de los organismos financieros internacionales y regionales para canalizar toda la ingente ayuda financiera que es necesaria; cómo promover estrategias de recuperación y una salida verde y social a la crisis; qué papel puede jugar la Unión Europea y la Comunidad Iberoamericana en esta crisis y,  por último, cómo abordar conjuntamente los grandes temas de la agenda global: el cambio climático, el multilateralismo, el libre comercio, etc. Sin duda esta crisis acelerará tendencias preexistentes y América Latina puede ser uno de los escenarios donde se diriman algunas de las fracturas o dilemas claves del nuevo escenario: nacionalismo versus cooperación global, sociedades abiertas o cerradas, democracia autoritaria. El hecho de que compartamos principios y valores, sin duda, facilitará el entendimiento entre ambas. Es mucho lo que España y América Latina podemos hacer juntos y España está siendo muy activa; muy en particular el Ministerio de Exteriores repatriando nacionales y cooperando con la región latinoamericana en muchos aspectos.

    Germán Ríos: También quería mencionar que otro de los organizadores del evento es el IE, representado en este acto por Susana Malcorra y por mí.

    Todos ustedes conocen a la Ministra de Asuntos Exteriores de Unión Europea de Cooperación de España; es muy importante destacar que la Ministra ha trabajado en temas de comercio exterior, tanto la Organización Mundial del Comercio, como Directora Ejecutiva del Centro de Comercio Internacional. Desde ese punto de vista, la Ministra ha tenido un papel muy importante en iniciativas como aid for trade o en el empoderamiento de la mujer a través del comercio.

    De Susana Malcorra, además de ser mi jefa en el IE y ser la decana del Departamento de Estudios Internacionales y Asuntos Globales, todos saben que fue también Ministra de Relaciones Exteriores y de Culto de la Nación Argentina; pero lo que yo quisiera destacar de Susana es su amplia trayectoria en  Naciones Unidas que le da una visión impresionante porque, como vamos a debatir hoy, hay algo que no está funcionando bien en lo multilateral y tener a una persona que ha estado en las tripas del sistema multilateral, nos va a ser de mucha utilidad para poder discutir estos temas.

    Y en tercer lugar, tenemos a Ramón Jáuregui, a quien todos ustedes conocen. Ha sido Eurodiputado, ha sido Ministro de la Presidencia del Gobierno de España; pero lo que quisiera destacar de Ramón es su labor como Co-presidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-latinoamericana y como Presidente de la Fundación Euroamérica y su gran involucramiento con la región.

    Ministra, como todos sabemos, esta crisis nos va a dejar bastante mal parados desde el punto de vista económico; a algunos peor que a otros. Sobre todo vamos a terminar todos muy endeudados, tanto las familias como las empresas y los gobiernos. Aquellas regiones del mundo que tienen menos capacidad de maniobra precisamente son los países emergentes y, en particular, los países de América Latina. Dados los vínculos tan importantes que hay entre España y América Latina -y también seguramente usted nos puede hablar del papel con los países emergentes- yo quisiera que usted nos comentara cuáles son las acciones que está tomando el Gobierno español para apoyar a los países de América Latina que van a salir tan afectados negativamente de esta crisis.

    Ministra Arancha González Laya: Gracias a la Fundación Euroamérica, a Casa América y al IE por invitarnos a todos a este evento digital. Una de las pocas ventajas de este Covid es que nos está permitiendo estar casi en contacto constante, a pesar de lo imposible del contacto físico, por lo menos estamos en contacto digital.

    Primero quería decir que la situación del Covid agrava una situación que ya no era muy buena antes del Covid. Vivíamos en sociedades – y esto lo sabemos muy bien en España y en América Latina – donde había una fractura digital, social, de desigualdades, muy importantes; donde nos estábamos viendo afectados por una fractura geopolítica –  tiraban de nosotros desde distintos extremos del mundo – y donde había una fractura democrática que estaba poniendo en cuestión sistemas políticos y de valores que son aquellos en los que nosotros creemos. La llegada del Covid agrava una situación preexistente y nos empuja a una situación donde todos los indicadores empiezan a estar en rojo. Insisto, los democráticos, los geopolíticos, los sociales y los económicos; y esto es cierto en España, en Europa, en América Latina y en el mundo. Tenemos que ser conscientes de esta dificultad porque para salir de la manera más rápida y con un mayor impulso vamos a tener que hacerlo trabajando todos juntos. Por eso nosotros, desde España, modestamente estamos insistiendo mucho en nuestra palabra pero también en nuestra acción: es la importancia de la sincronización, la coordinación, la cooperación, el impulso multilateral, el hacerlo todos de una manera cooperativa y no utilizando este momento, tan difícil, para generar una mayor fractura en nuestras sociedades o en nuestras economías.

    Para España, América Latina no es su política exterior, sino una extensión de su política interior; es una extensión de quién es y de cómo se comporta en el mundo. Y por eso nuestro punto de partida ha sido crear un espacio de diálogo entre España y países latinoamericanos, a los que hemos llamado “diálogo Covid”en los cuales compartimos conocimiento y acción. Hemos establecido estos mecanismos de diálogo iberoamericano con la SEGIB, donde hemos puesto comunidades de expertos y de conocimiento a hablarse y a compartir en temas de salud y de respuesta sanitaria; también en respuesta social, cómo creamos escudos sociales que protejan el empleo y la capacidad productiva. Y lo vamos a hacer próximamente en tema de protección de mujeres y niñas.  

    En segundo lugar, España como miembro de la Unión Europea, busca que ésta, también en su respuesta conjunta ante el Covid, mire a América Latina, trabaje con América Latina y se preocupe de crear esta comunidad con América Latina. Nuestro trabajo dará frutos dentro de poco en un ejercicio compartido España-Unión Europea y los países más afectados por la crisis de refugiados y emigrantes venezolanos, que son los países de la comunidad andina (Colombia, Perú, Ecuador) donde conjuntamente vamos a hacer un ejercicio de solidaridad compartida de una situación que se ha visto agravada por el Covid.

    El tercero es la dimensión de cómo pueden América Latina y España trabajar en foros regionales o multilaterales para tratar cuestiones que sean de interés común. Un tema de interés común vital para salir de esta crisis es el acceso a la financiación para países de renta media, para mantener el empleo y la capacidad productiva. Aquí es donde España y Latinoamérica estamos ya trabajando para ver de qué manera damos un impulso en el G20 a este proyecto común de acceso a financiación, a liquidez, a crédito para países de renta media que no son lo suficientemente pobres para estar en la primera línea de atención internacional, pero no son lo suficientemente ricos para poder financiarse simplemente acudiendo a mercados internacionales.

    Germán Ríos: Muchas gracias Ministra. Voy a tomar tres de sus palabras para formular la próxima pregunta a Susana Malcorra. Usted habló de solidaridad, de cooperación y de multilateralismo; tres palabras claves en las que todas las regiones del mundo estamos pensando cuando hablamos del Covid-19. Y quería preguntarle a Susana Malcorra, ¿cómo crees, Susana, que ha sido la reacción de la comunidad internacional ante el Covid-19 y si estas instituciones que se supone que tienen que darnos el financiamiento y el apoyo a través del organismo mundial sanitario y otros tipos de apoyo a nivel internacional y de cooperación han estado a la altura de la situación? ¿crees tú que deberíamos estar repensando en reformular algunas de estas instituciones?

    Susana Malcorra: La Ministra, y no me sorprende para nada porque tenemos mucha afinidad en los temas que estamos tratando, ha dado una introducción que, primero coincido con el diagnóstico, y me parece que es fundamental recordar que lo que estamos pasando ahora es una crisis que, como ella bien dijo, venía de un momento de fracturas múltiples, en donde no había ni un liderazgo claro, ni un acuerdo que nos permitiera manejar una eventual situación crítica con códigos compartidos lo que ha hecho que, en términos generales, la respuesta de los sistemas de gobernanza global haya sido también bastante fracturada o no a la altura de lo que se esperaba.

    Pero no tenemos que echarle la culpa a las instituciones, sino que somos corresponsables como gobiernos, como ciudadanos, como países de que esto fuera así. Sólo un ejemplo, la Organización Mundial de la Salud ha venido alertando respecto de una pandemia en los últimos años de manera clara. A mí me tocó la responsabilidad de manejar el Ébola cuando estaba en Naciones Unidas como Jefa de Gabinete de Ban Ki-Moon y desde aquel momento era evidente que no era un tema de qué iba a pasar, sino de cuándo iba a pasar. Y sin embargo, cuando descubrimos esta pandemia ¡estamos sorprendidos de la existencia de una pandemia! Eso muestra que algo estaba pasando en nuestra forma de trabajar, de integrarnos, de ver la realidad, que tenía una cierta anomia por un lado, y tenía una tensión por otro que nos hacía que el coordinar nuestros esfuerzos, no fuera posible. Para dar una respuesta concreta, Germán, creo que, en general, las instituciones multilaterales de gobernanza global, han estado por debajo del nivel de performance esperado, por debajo en su capacidad de reacción, por lo menos en el inicio. Creo que ahora está empezando a hacerse una mejora en la curva del aprendizaje pero ha llevado un tiempo. Yo creo que la OMS, aún con las críticas que se escuchan y quizás por las críticas que se escuchan de ella, ha manejado las cosas tratando de poner un orden en un ambiente de una enorme dificultad de cooperación pero, siendo el órgano rector de la salud, es cuestionado por sectores sumamente poderosos.

    En cuanto a la respuesta por regiones, la Unión Europea ahora está armándose. Pero es claro que también le tomó un tiempo tomar en valor lo que era necesario, lo que se esperaba de ella. Y en la región de la cual puedo hablar con más autoridad, que es la región latinoamericana, me parece que hemos estado viviendo en un proceso de una enorme divisoria entre los distintos países por razones de índole político-ideológica que se ha puesto aún más de manifiesto durante este período cuando vemos que no ha habido una articulación en la región que nos permitiera comparar mejores prácticas, trabajar en conjunto o generar acciones (por ejemplo, dentro de América del Sur respecto del manejo de fronteras) que hicieran que la reacción a la pandemia fuera más efectiva. De hecho la Ministra ha comentado algunas de las gestiones que se están haciendo desde una visión iberoamericana con el “ibero” siendo el articulador de algo que naturalmente debería surgir de la región.

    Creo que estamos en una “performance” que no es la ideal definitivamente. Las Naciones Unidas, que es el máximo organismo donde todo esto podría vincularse, está en una situación insólita ya que el Consejo de Seguridad no se ha expedido, hasta el día de hoy, respecto a esta pandemia. Cuando fue el Ébola, el Consejo de Seguridad lo consideró un claro riesgo a la paz y seguridad y sin embargo no lo ha hecho con esta pandemia cuando tiene todos los efectos de índole económico, social y político que la Ministra bien remarcó. Y la estructuración de una respuesta entre las instituciones de Bretton Woods y las instituciones regionales para prestar atención a los espacios fiscales que tienen los países para poder responder con paquetes de estímulos a las necesidades que se están generando, esa articulación aún no existe. El G20 ha hecho la primera señal con los países más desfavorecidos pero se ha quedado ahí. Me parece que, en términos generales, la respuesta inicial no da para un aprobado siquiera en muchos los sectores.

    Germán Ríos: Ramón, Susana nos comenta que su impresión es que los organismos internacionales han tardado en reaccionar ante esta crisis. Como nosotros sabemos muy bien que tú te mueves en Europa, quería preguntarte sobre cómo has visto la reacción de Europa. Porque nosotros, los latinoamericanos que estamos acá en España, cuando estamos viendo un poco el debate y la discusión, lo que escuchamos y vemos es que cuesta ponerse de acuerdo, inclusive cuando se supone que andan todos juntos. Y si cuesta ponerse de acuerdo para poder tomar políticas comunitarias para apoyar, por ejemplo, a los países de la UE que lo están pasando peor durante la pandemia, ¿cómo ves tú la posibilidad de ponerse de acuerdo internamente para, eventualmente, ayudar a otros países como por ejemplo, es el caso de América Latina?

    Ramón Jáuregui: Pienso que a Europa hay que analizarla con perspectiva; a veces hay un enjuiciamiento prematuro y generalmente tremendista como el que ha ocurrido en esta ocasión y aunque es evidente que ha habido fallos importantes en el comienzo y en la reacción ante la crisis, lo cierto es que después se está armando una respuesta, especialmente en el ámbito de la recuperación económica, muy potente. Es verdad que hay dudas porque los países del sur queremos que gran parte de la ayuda sea mutualizada, solidaria en término de subvenciones y no de préstamos. Pero probablemente ese billón y medio que el otro día nos comentaba el Vicepresidente Schinas, que va a utilizar la Unión Europea como gran artillería financiera para ayudar a la salida de la crisis a los países de la Unión es muy potente, es anticíclica, es contundente y yo diría que es rápida aunque entra en vigor en enero del año que viene. Hace falta que lo aprueben y hay problemas con Alemania y con los países de la llamada Liga Hanseática; sin embargo creo que, a la postre, va a haber una valoración positiva porque Europa va a reaccionar poniendo al servicio una mezcla de préstamos y de subvenciones suficientemente importante como para que los países podamos ser ayudados en la recuperación, tan necesaria, después de la crisis.

    En la segunda parte de tu pregunta me planteabas la necesidad de que también Europa participe, como bien decía la Ministra, en las operaciones de salvamento a aquellos países que no tienen una estructura financiera regional y ese es el caso de América Latina. Quiero anunciar aquí, aprovechando este coloquio al que justamente he llegado tarde porque estaba en conversaciones con el Presidente de la CAF, el señor Carranza y con la Fundación Iberoamericana Empresarial, que preside el señor Piqué, porque juntos pretendemos hacer un documento, en muy poco tiempo, trasladado a la SEGIB, a la Señora Rebeca Grynspan para que tanto SEGIB como CAF y desde luego los países de la Unión Europea, – y por eso enlazo con tu pregunta, Germán – podamos presionar para que haya una red de seguridad financiera para los países, no solamente los pobres, sino también los de renta media, que son muchísimos y no tienen política fiscal propia para poder abordar un canal de recuperación. En este sentido nuestra operación va dirigida obviamente al Fondo Monetario Internacional, a los bancos multilaterales, para que juntos puedan, o seamos capaces desde el G20 al Fondo Monetario, de operar con instrumentos financieros que permitan salir de la crisis a estos países de renta media.

    Quiero decir con esto que nuestro compromiso como Fundación Euroamérica, además de organizar este tipo de eventos y de seguir ayudando a la intensificación de las relaciones con América Latina, es también el de ayudar a que los organismos internacionales se muevan en favor de ayudas que estos países van a necesitar.

    COLOQUIO ABIERTO

    Germán Ríos: Muchas gracias Ramón. Ahora voy a empezar a hacer preguntas más difíciles porque no las preparé yo sino que vienen del público. Déjenme comenzar preguntando a la Ministra: Usted, con este background de comercio, una de las preocupaciones – lo mencionó en su primera intervención – es que había muchas cosas que estaban rotas antes de llegar el Covid-19. Una de ellas era lo que estaba pasando a nivel del comercio internacional y del comercio mundial; habíamos visto la pérdida de la relevancia de la Organización Mundial del Comercio, habíamos visto intentos proteccionistas de varios países y hablamos de guerras pero no de guerras convencionales sino comerciales. ¿Cómo ve usted el mundo post Covid-19? Susana (Malcorra) escribió recientemente que había dos caminos, a lo Borges, dos senderos que se bifurcan; uno donde saldremos bien, seremos más solidarios, cooperaremos más, el comercio será algo bueno y nuevo; y un camino malo, en donde seremos más proteccionistas, menos cooperadores y más “sálvese quien pueda” ¿Cómo cree usted que esto puede devenir, cómo puede evolucionar?

    Ministra Arancha González Laya: antes de la crisis del Covid había un consenso de la necesidad de reformar el sistema comercial multilateral. Todo el mundo compartía que las reglas que tenemos, que vienen de 1995, necesitaban una puesta al día porque el comercio internacional había cambiado mucho desde el año 1995 y había realidades enteras incluido, por ejemplo la realidad digital, que no estaban bien reguladas, ni reglamentadas; había cuestiones de competencia desleal que no estaban bien capturadas por las reglas existentes; había una multiplicidad de situaciones entre la membresía de la organización que no se podía capturar simplemente con dos bloques, uno de países desarrollados y otro de países en desarrollo. Había un consenso sobre la necesidad de reformar pero donde no había un consenso general sobre cómo reformar. Un grupo de países entendía que la reforma tenía que ser pactada, negociada, con intercambios; si eran cuestiones sistémicas buscando un punto de interés colectivo. Pero había otros que entendían que la reforma tenía que hacerse por la vía de la unilateralidad. Espero, siempre todo es muy incierto, que el Covid dé un impulso a la reforma a través de una negociación multilateral y pactada, que es lo que va a poder traer un poco más de confianza a una economía que va a estar muy necesitada de confianza, de mayor seguridad, de un sentido de la dirección.

    Germán Ríos: La siguiente pregunta tiene que ver con una de las organizaciones donde estamos organizando este evento, que es la Fundación Euroamérica, donde muchos de los patronos son empresas españolas muy importantes que tienen intereses en América Latina. Por eso mi pregunta tiene que ver con el papel del sector privado en la crisis del Covid-19 cuando hablamos de solidaridad. Van a pasar muchas cosas, mucha gente va a quedar sin empleo; en el caso de América Latina los que eran vulnerables de la clase media van a ir a la pobreza, lo que conlleva riesgos probablemente de protestas sociales como las que tuvimos antes de la pandemia. Por eso yo quisiera preguntar si, Susana y Ramón, ¿ustedes creen que la participación público-privada, o el cambio de la mentalidad de los privados, en una situación sin precedentes como la que estamos viviendo ahora, amerita alguna revisión, alguna reflexión o algún cambio?

    Susana Malcorra: En primer lugar yo creo que así como la Ministra hizo una descripción de todas las necesidades de refundación que había en los sistemas multilaterales, en general, y en el comercio, en particular, también había una necesidad de refundación, de restablecer un nuevo pacto social. El hecho de que viéramos tanta gente en las calles expresándose con tanta insatisfacción por tantas razones diferentes, era una prueba de que había un agotamiento de los modelos existentes y que había necesidad de un cambio en ese sentido. Me parece que esta crisis lo ha puesto en el acelerador. Creo que la salida de esta crisis va a ser muy compleja y va a demandar de una responsabilidad compartida por parte de todos para encontrar los mecanismos de salida. Esa responsabilidad compartida, desde mi punto de vista, va a requerir que los gobiernos y las empresas se sienten a la mesa, pero también el sector gremial, que tiene que aportar su perspectiva. Va a haber que ceder espacios, ceder cosas; pero no es posible pensar que van a tener que ceder solamente los menos protegidos, los más desaventurados. Hay que encontrar esos mecanismos en los cuales el Estado pone una parte; y de allí venía el comentario de la Ministra de inicio, de la necesidad de ampliar el financiamiento teniendo en cuenta que el déficit va crecer y que todo esto se va a prolongar en el tiempo más allá de lo previsto. Pero también es cierto que el sector privado, que está muy golpeado y muy necesitado, va a tener que salir también con respuestas innovadoras y distintas, para intentar minimizar el nivel del paro que es un impacto de una gravedad enorme. Y los gremios van a tener que tener la flexibilidad para admitir que, en aras de que ese impacto sobre el paro sea lo menor posible, los mecanismos sean distintos y sean innovadores. Yo veo que esto va ser una apelación a la responsabilidad compartida y a la solidaridad y que va a requerir que todo el mundo esté dispuesto a sentarse y pensar en tiempos distintos, en reacciones desde tiempos distintos y con soluciones que sean innovadoras, sin lugar a dudas.

    Ramón Jáuregui: Yo comparto plenamente la filosofía que señalaba Susana y añado dos argumentos que creo que los sostienen todavía más. El primero es el de que, después de esta crisis probablemente esos movimientos que ya se estaban gestando desde hace varios años y que han tenido un impulso fundamental en Estados Unidos a raíz de la declaración de la Business Roundtable (los 190 CEOs americanos) que han recomendado una reorientación del capitalismo hacia la incorporación de los intereses de la comunidad, como parte de la estrategia empresarial, incluido luego Davos en enero de este mismo año, a propósito de lo que ellos llaman el capitalismo social, el capitalismo de los stakeholders; toda esta reflexión va a cobrar mucha más fuerza a raíz del Covid. Hay una demanda ciudadana de legitimación social a las empresas que, por cierto, en esta crisis muchísimas de ellas han tenido un comportamiento muy social, haciendo cosas muy importantes: desde los hoteles que dejaban sus habitaciones para los enfermos leves, hasta mil ejemplos más de muchísimas empresas, muchas de ellas españolas, que han operado en América Latina de esta manera.

    En segundo lugar, creo que hay una idea que no tenemos que olvidar y es la necesidad de que la alianzas público-privadas, lo que llaman las APPs, formen parte de la reconstrucción del futuro, como decía Susana. Pensemos en las infraestructuras, en la innovación, en el medio ambiente, en la política de lucha contra el cambio climático, en esas grandes corrientes articuladoras del futuro. Las grandes compañías, especialmente, tienen que pactar con el Gobierno compromisos de país. Y yo diría más, la idea que hace unos minutos me comentaba el Presidente Carranza, de la CAF, de crear un fondo financiero de ayuda a las grandes infraestructuras que integren la región, me parece una idea excelente. Se está hablando ya entre varios ministerios de Hacienda latinoamericanos, incluido el Tesoro español, para que participen en esta operación; que sea un sistema de financiación de las grandes empresas para grandes infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, puertos, etcétera) que integran la región y que compitan con esa financiación fácil que China ofrece a sus compañías; evitando que Europa deje de estar presente en América Latina en esta tarea fundamental de reconstrucción del país.

    Germán Ríos: Ministra voy a pasarle algunas de las preguntas que nos hace del público. Voy a mezclar; una que nos hace José Ignacio Salafranca, con otra de Laura Escobar que tiene que ver con que la heterogeneidad de América Latina ha hecho que diferentes países hayan manejado la crisis de diferente manera. Algunos países están sufriendo las consecuencias de no haber tomado medidas muy estrictas al comienzo de la pandemia y otros países han sido, básicamente, ejemplos casi que a nivel mundial, en la lucha contra la pandemia. Ese es un primer escenario. El segundo es que algunas personas identifican que en América Latina esto ha despertado las tendencias autoritaristas en varios de los gobiernos de la región. Si ya teníamos algunos problemas por ejemplo en países como Nicaragua, Venezuela o El Salvador, ahora probablemente esta pandemia también sea una excusa para hacer esto más complicado. Y desde México Joana Torrents, Directora de Cámara española de Comercio en México, destaca la relación tan importante entre España y México y nos pregunta cómo valora la relación entre el Gobierno español y el mexicano en la época de la pandemia.

    Ministra Arancha González Laya: Sobre las distintas salidas o las distintas maneras de enfrentarse al Covid, no hay en el mundo una sola manera. También en Europa ha habido distintas respuestas: hay quien ha cerrado inmediatamente, antes de tener un caso, como cierre preventivo; hay quien ha cerrado en el momento en el que tenía una serie de casos que hacía que fuera necesario empezar a tomar medidas; hasta quienes decidieron que no había que tomar medidas de cierre de economía, ni de fronteras y después decidió introducirlas; hasta hay quien decidió que no había que introducirlas y sigue sin introducirlas. Cada país hace lo que mejor entiende hacer y yo creo que veremos cuál es el método que mejor funciona cuando haya pasado todo y podamos evaluar cuáles fueron los factores que más influyeron en el control de la epidemia. Por eso es importante que nos prestemos a este ejercicio de examinar ex post cómo fue la respuesta de la OMS y cómo fue la de cada uno de nuestros países. Por eso, en nuestro caso, el Presidente del Gobierno ha dicho que lo primero que vamos a hacer cuando salgamos de la crisis es una Comisión que examine si funcionó, qué funcionó y si no funcionó, por qué no funcionó. Esto va a ser muy importante porque, me temo, no va a ser la última vez que tengamos que enfrentarnos a una pandemia y sería útil que una de las lecciones que aprendiésemos de esta pandemia es estar mejor preparados con protocolos y con resiliencia para enfrentarnos a la próxima crisis.

    Sobre la exacerbación de tendencias autoritarias que pre existían a la crisis, sí eso lo estamos viendo, no solamente en América Latina, también en distintas partes del mundo. A veces se dice que ésta es la única manera de conseguir resultados; pero a estos ejemplos de países, más o menos autoritarios, se pueden contraponer los ejemplos de otros muchos países perfectamente democráticos que también están consiguiendo controlar la pandemia con resultados increíbles. Luego nuevamente creo que the jury is out, como dirían en la lengua de Shakespeare. En todo caso me parece que la lucha contra el Covid no puede ser una excusa para recortar derechos y libertades, abusar de los ciudadanos o de los sistemas democráticos. Las limitaciones se tienen que imponer dentro de los límites que nos marca la ley y respetando las reglas de juego, que siempre es lo más sano.

    Sobre las relaciones entre el Gobierno mexicano y el Gobierno español, son excelentes. En todos estos diálogos mencionados que pusimos en marcha con ocasión del Covid, México y España lo han estado haciendo de manera conjunta, lo cual no quiere decir que cuando haya una necesidad de crítica por parte de México, no se haga y cuando haya una necesidad de crítica por parte del Gobierno de España, no se haga. A nosotros siempre nos parece más útil que las críticas sean discretas y que las cuestiones que no funcionan se traten en bilateral, sin acudir a los megáfonos; pero esto ya es una cuestión de estilo.

    Germán Ríos: Susana, el público quiere un poco más de detalle sobre lo que tú comentabas del multilateralismo y nos dan un par de ejemplos para que nos des tu opinión. Uno de ellos es el papel del G20 en esta crisis, tomando en cuenta que en el G20 tenemos tres países de América Latina y que se percibe que no ha tenido un papel de liderazgo como, por ejemplo, el que tuvo durante la crisis Subprime. La segunda pregunta tiene que ver con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. ¿Qué pasa ahí? ¿Por qué no ha reaccionado? Qué crees tú que está pasando, dentro de lo que ya comentaste de la reacción de estos organismos, que es lenta y toma su tiempo? Nos preocupa mucho que estos escenarios donde se puede discutir lo multilateral, no estén funcionando.

    Susana Malcorra: Primero, no es inexorable que la respuesta tenga que ser lenta. Yo creo firmemente que la respuesta tiene que ser mucho más efectiva y mucho más rápida, así como creo profundamente en los sistemas multilaterales. Así que esa asociación biunívoca entre lentitud y pesadez y el multilateralismo, le hace flaco favor al multilateralismo y no representa las oportunidades que puede tener.

    En cuanto al G20, creo que está sumamente lento. En la crisis del 2008 hubo inmediatamente una reacción muy fuerte; de hecho, se transformó de un G20 que era manejado a nivel de ministros de finanzas a un G20 que se presidencializó. Así que hay una oportunidad que hasta ahora no se ha aprovechado. Yo entiendo que los presidentes de los gobiernos están dedicados a sus problemas internos, pero ésta es una oportunidad de poner el tema en la mesa y tener una acción concreta. Me parece que sería muy bueno que los gobiernos de Brasil, México y Argentina movilizaran algo así pero veo que el diálogo no está siendo fluido. El G20 es un reflejo en micro de lo que está pasando en macro en el sistema multilateral más amplio.

    En la pregunta respecto al Consejo de Seguridad que está vinculada también a esto, ¿por qué no se han puesto de acuerdo? porque no se ponían de acuerdo en cómo llamar a la crisis de la pandemia; había un país poderoso (China) que quería llamarla de una manera y otro país poderoso (Estados Unidos) que quería llamarla de otra. Y ese detalle llevó a que, efectivamente, al final hubiera una sola reunión que fuera un informe del Secretario General sin adoptar ninguna resolución. Esto muestra el nivel de tensiones que hay, que tiene que ver con todo ese telón de fondo con el cual nos encontramos cuando comenzó la crisis y que no se ha resuelto.  Estamos ante una divisoria de las aguas hacia adelante, porque sí creo profundamente que hay una oportunidad para salir reforzados y hacer refundación de los sistemas; pero no me cabe duda que hay una amenaza alternativa que tiene que ver con lo que decías antes, inclusive de los autoritarismos, que puede ganar espacio y puede ser una amenaza muy difícil.

    Germán Ríos: Ramón, quiero hacerte una pregunta a ver si logramos tener algo de optimismo sobre España y América Latina. Voy a empezar dándote algunos números que son interesantes: Primero, España es el segundo inversor más importante de la región; el stock de inversiones españolas es importante; las grandes empresas del Ibex están ahí y, dato importante, el 25% de la facturación del ibex-35 proviene de América Latina. En un mundo post Covid, yo – como tengo este defecto de que soy economista y tengo que estar prediciendo lo que pasa aunque nadie tiene mucha idea de para dónde van las cosas – tengo la impresión de que América Latina va a tener un golpe muy fuerte, pero se podría recuperar relativamente rápido porque si China empieza a empujar el carro primero que el resto del mundo, capaz que en las materias primas aumente la demanda y con ello los precios. Pero es una visión mía muy personal. Pregunta, oportunidades para las empresas españolas, que ya las han encontrado en otras crisis en el pasado ¿cómo lo ves?

    Ramón Jáuregui: Efectivamente las crisis tienen que dar más oportunidades. Creo que, a diferencia de lo que pasa en el 2010-2011, China no tiene la misma capacidad de política fiscal externa que la que tuvo entonces. No la tiene ahora porque tiene que dedicar gran parte de sus recursos a estimular el crecimiento en su propio país y por tanto no tiene esa disponibilidad de operatividad financiera en el exterior. Creo que a las empresas españolas, especialmente las que tienen que ver -como he dicho antes- con el sector de infraestructuras, hay que ayudarles a través de un fondo financiero que facilite operaciones de largo plazo. Eso me parece fundamental porque si no, compiten con grandes compañías chinas que realizan operaciones de infraestructura con una financiación más fácil. Si tenemos esto seguiremos siendo los mejores por la capacidad de las grandes compañías -de obra pública pero no solo- especialmente en el ámbito del medio ambiente, energético, de la innovación o farmacéuticas. En América Latina  hay una oportunidad para desarrollar una actividad de todas ellas con inversión porque la región tiene unas potencialidades muy importantes, especialmente su demografía, sus recursos naturales y su cualificación profesional. Todo esto, en mi opinión, favorece que nos planteemos estos estímulos para que la empresa española y la europea se hagan presentes y sigan siendo principales inversoras, incorporando a sus cadenas de contratación y facilitando, como he dicho antes, esa conexión empresarial que los europeos hacemos mejor que cualquier otro en el mundo.

    Germán Ríos: Ministra, teniendo usted un background tan comercial como el que tiene en el sentido de que viene del mundo del comercio exterior y mi impresión es que cree mucho en la apertura comercial y en lo multilateral; viendo también los cambios que ha habido en el ministerio para reforzar toda la diplomacia comercial y económica, le quería preguntar ¿cómo ve las acciones del Gobierno español, tanto del ministerio de Asuntos Exteriores, como de otros entes que tienen que ver con la inversión y las exportaciones de América Latina, con la inversión de las multilatinas en España y cómo ve que puede responder la política exterior y económica ante este fenómeno?

    Ministra Arancha González Laya: Tenemos una oportunidad muy importante en este momento post Covid para ir más allá de lo puramente comercial o inversor, que es la tradicional manera de internacionalizar (comercio-inversión, exportaciones–importaciones, exportaciones de inversión-importaciones de inversión) e ir a un concepto más amplio, que es el de la  diplomacia económica, la diplomacia científica, la diplomacia deportiva o que puede ser movilidad en el sector culinario. Es decir, la diplomacia tiene que tener un paraguas más amplio y de lo que se trata es de apalancar de una manera más inteligente los recursos a ambos lados del Atlántico;  esos recursos son increíbles y pongo, por ejemplo, un recurso que es la comunidad científica y estudiantil, estando aquí con el Instituto Empresa promoviendo este evento. Mi aspiración sería que cuando un estudiante, de posgrado o incluso de grado, en América Latina hubiera decidido hacer un posgrado en otro país, no necesariamente mirase a la parte norte de su continente, sino que eligiera irse a Europa, a España, porque es un lugar donde el talento que tiene y que aporta se va a capitalizar; y cuando un posgraduado español imagine marcharse fuera decidiera hacerlo a un país en América Latina porque allí hay un ecosistema, una aceptación de su talento que le van a permitir también capitalizarlo. Entre España y América Latina podemos hacer todo esto con relativa sencillez dado que la parte cultural, el idioma, los códigos, etcétera los tenemos compartidos genéticamente.

    Germán Ríos: Me gustaría cerrar el foro con una reflexión de hacia dónde vamos. Creo que varios de los temas que han salido acá que nos indican que el mundo no va a ser lo que era antes y que muchas cosas van a cambiar tienen un significado importante. Los mercados de consumo van a ser diferentes; probablemente la manera en que vamos a producir también va a ser diferente; la pandemia, esperemos, que nos levante la preocupación por otros temas de bienes públicos globales que son importantísimos como el cambio climático. Yo quería dejarle esta última intervención a los tres ¿cómo ven la nueva configuración global post pandemia en aquellos temas que creemos van a ser cruciales para la humanidad? Ramón, por favor.

    Ramón Jáuregui: Coincidimos en que va a haber muchos cambios pero no sabemos muy bien cuáles y hacia dónde. Lo que yo pienso es que hay unas corrientes de fondo que son contradictorias. En este momento, por ejemplo, pensamos que va a haber una globalización más ordenada pero al mismo tiempo también hay una tentación nacionalista y no se sabe muy bien si va a ser una contraposición de posiciones -como bien decías antes tú- contradictorias. Se habla de que va a haber más solidaridad pero el aislamiento social va a promocionar también un cierto individualismo. Se habla de que va a haber más igualdad, más estado del bienestar pero también hay fracturas -como señalaba la Ministra al principio – que emergen; fracturas digitales, fracturas en el trabajo formal y en el trabajo informal. Es decir, hay toda una acumulación de elementos contradictorios que señalan un cambio. Lo que importa, y con esto termino, es que seamos capaces de orientar hacia lo mejor esas tendencias; a que verdaderamente el mundo camine en la dirección más acertada; más democrática, hacia un mundo mejor, con una globalización más ajustada, con una cultura por el cambio climático y por la sostenibilidad, por la solidaridad, por el Estado magro (no engordado), por los servicios públicos. Todo esto hay que alimentarlo y eso hace la política en el sentido más noble de la palabra.

    Susana Malcorra: Yo en todo esto sigo siendo optimista. Me parece que lo que la crisis ha hecho es poner en valor la enorme dificultad que teníamos con el modelo existente. Creo que esto nos obliga colectivamente a replantearnos ese modelo y hacerlo -para mí -basándolo en dos acuerdos fundamentales que tuvimos en el 2015 y que están ambos a mitad de camino: uno es el Acuerdo de París por el cambio climático y otro es la Agenda 2030. Si uno mira esos dos acuerdos que el mundo abrazó en el año 2015, vemos que casi todo lo que está por hacerse está incluido allí. Lo que es necesario ahora son liderazgos realmente ambiciosos y con esto hablo de liderazgos políticos, liderazgos empresariales, liderazgos sociales, de participación de la juventud, de la mujer en un rol aún más activo. Como bien decía este Ramón, es un momento de política entendida en un sentido más amplio, donde todos somos actores y todos tenemos que ser capaces de girar esas conclusiones que nos hagan realmente empezar una nueva era en nuestra realidad.

    Ministra Arancha González Laya: Es difícil saber a dónde vamos. Coincido con Ramón que estamos viendo movimientos perfectamente contradictorios. Lo que yo sí creo es que vamos a vivir durante un período bastante largo en un mundo de mayor conflicto geopolítico y vamos a tener que ser más claros en cómo y dónde nos posicionamos. Y eso va a necesitar crear un poquito más de alianzas entre aquellos que no queremos vivir en un mundo donde nos estén obligando constantemente a elegir si vamos para un lado o vamos para el otro. Y ése, quizás, pueda ser un espacio donde la comunidad iberoamericana que representamos en esta discusión tenga que tomarse más en serio la construcción de esa alianza más sólida que va a defender un sistema más cooperativo, más multilateral, no desde un punto de vista naif sino desde el único sistema que nos va a permitir a países de nuestro tamaño y de nuestro perfil poder coexistir en este mundo, como digo, de conflicto político más agudo.

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